martes, 14 de julio de 2009

Líneas, sólo líneas

Estamos de regreso. Y en estas dos semanas de ausencia el país parece haber tomado otro rumbo. Un rumbo que por ahora es sólo algunas líneas, dentro de un dibujo mucho más grande que debería llamarse "proyecto de país". ¿A qué vamos? Entre diarios, uno puede ver que ya existe un agenda post-elecciones, cargadita, cargadita, y que contiene temas importantes de los cuales mucho no se habla, porque, por ahora, todos prefieren hablar de lo poco que se "dialoga". Me gustaría, en principio, hacer un listado de las reformas que están en los borradores de la política. Los temas son muchos, difíciles, y complicada su realización, pero vale la pena resumirlos, para ver qué pretenden ellos de nosotros. Al mismo tiempo, creo que vale la pena ir encuadrando a cada tópico en relación a experiencias internacionales recientes. En síntesis: decir qué piensan decir que van a hacer, y qué resultados tuvieron esas mismas propuestas en otros países. Vamos con los puntos, que hay mucho para leer.

1) Tipo de cambio real competitivo y política exportadora
("“¿Qué necesitan para exportar más?” será la pregunta que les hará la ministra de Producción, Débora Giorgi, a los empresarios" - Página 12)

Cuesta, tal vez, darse cuenta de la variedad de elementos que comprenden este asunto. Sin embargo, basta mencionar algunos para ver su alcance: inflación, consumo, industria, crecimiento, superávit externo, superávit fiscal, salarios, etc.

De acuerdo a la experiencia de Corea y Taiwán (
como se lee en éste trabajo de Bekerman y Sirlin) un tipo de cambio real alto y estable, y una orientación económica hacia las exportaciones, son elementos claves para concretar un proyecto económico sustentable, partiendo del subdesarrollo.

Hay que admitirlo, gran parte de la recuperación industrial local después del 2002 se la debemos al tipo de cambio alto. No obstante, los pasados 6 años han enseñado una cosa: la Argentina tiene una tendencia natural a la apreciación cambiaria (la "Enfermeda
d holandesa") derivada de sus ventajas competitivas en el agro. Es así: exportamos productos del campo, entran dólares, se revalúa el peso, pierde competitividad la industria local, y dado que es menos "productiva", importamos más de donde es más barato; inevitable. Ni hablemos del tipo de cambio real, otra víctima de la inflación.

Por esta razón es que, más allá de reclamos sectoriales particulares, habría que pensar en un desarrollo industrial a largo plazo, de sectores viables internacionalmente, que compitan por calidad y no por "
bajos salarios" (o lo que es lo mismo, un tipo de cambio muy devaluado).

2) Ingreso universal por hijo
("Hay que revertir un proceso de exclusión y pobreza muy fuerte" - Adrián Pérez, La Nación)

Existe cierto consenso entre la oposición sobre este tópico: todos quieren impulsarlo. Pero el consenso me hace pensar que falta una discusión por detrás, que el gobierno no parece dar, y que conduce a lo de siempre: dicotomías vacías, o sea, bueno o malo, blanco o negro.

Veamos, mejor, para afuera: Canadá, es un ejemplo internacional donde se implementó un sistema así, en el que se dan 100 dólares canadienses mensuales por hijo, hasta los 6 años. En contra de lo que cualquiera podría pensar, este fue un proyecto llevado adelante por un gobierno conservador, en reemplazo de un sistema global de cuidado para los chicos que impulsaba el ala más progresista. Y acá encontramos el tradicional dilema transferencias en especie vs. transferencias en dinero. Las primeras limitan las posibilidades de consumo de las personas, mientras que las segundas dan plena libertad al consumidos de elegir lo que quiere.

Volviendo al caso argentino, habría que preguntarse si mejoras directas en las escuelas y en los hospitales para niños, no serían preferibles a los 200$ por niño que propone el ACyS. ¿Cómo sostener esto? Es más fácil, con decisión política mediante, garantizar que cierto presupuesto se gaste en infraestructura y salarios (docentes y médicos), que garantizar que el dinero dado no se malgaste en la "plena libertad del consumo" de los padres. En términos más económicos: habría que ver cuál es la elasticidad ingreso de la demanda con respecto a ciertos bienes "suntuarios" de los hogares más pobres. Mayor consumo de celulares no sería un progreso.

Sin dudas que el hecho de proponer un ingreso de tipo "universal" es un salto adelante, dado que elimina las tan conocidas discrecionalidades clientelísticas.


3) Política agrícola-ganadera
("Está clara nuestra disposición a conversar y no hace falta ningún emisario para sondear eso que hacemos permanentemente público" - Hugo Biolcati, La Prensa)

Mediaticamente es uno de los temas con más resonancia. Por el lado de las retenciones, tal como las conocemos, no creo que se mantengan. en estos niveles De hecho, ya fueron paulatinamente modificadas desde principios de año. Una cuestión clave en este aspecto va a ser analizar el reacomodamiento de precios internacionales y locales que atañen al sector. Con insumos presumiblemente en baja, y precios en leve mejoría, no queda duda de que la rentabilidad del sector va a haber cambiado.

De todas formas, la discusión sobre la política para el campo, de acuerdo a lo que vi, no trasciende el tema de los derechos de exportación. Basta ver, por ejemplo, los problemas de los productores lácteos de USA (
ver esta nota del Economist), para entender que la complejidad del sector es mucha, y su tratamiento requiere de un debate especializado. Nada de lo que se encuentra en televisión.

4) Otros tantos temas
("Una opinión que comenzaba a prevalecer ayer entre los opositores no peronistas era fijarle al Gobierno un plazo y un temario para acordar en el Congreso" - J. Morales Solá, La Nación)

Sin dudas el INDEC es la vedette del día después de las elecciones. Todos aman al INDEC como un fin en sí mismo, y dejan por detrás a las consecuencias de que sean falsas las estadísticas públicas. Además, nadie habla de la falta de datos de SAGPYA y ONCAA. No me sería extraño escuchar que hay personas que creen que la verdadera inflación es culpa del INDEC. Soluciones rápidas y a otra cosa.

Por otro lado, el sistema bancario y el crédito productivo también deberán dar vueltas por la agenda (ya se habló de una especie de "represión financiera", donde se obliga a los bancos a prestar a una tasa menor a la del mercado). Si se quiere reactivar la inversión, se tiene que prestar.

Mirando al futuro, también debería ir delineándose una política anti inflacionaria, repasar y pensar las causas que la generaron recientemente, y consensuar soluciones. Un acuerdo como el que se estuvo hablando recientemente, entre empresarios-trabajadores-estado, salarial y de precios, -como se hizo en Irlanda-, permitiría pensar en un primer paso.

5) De eso no

Salvo por el magnánimo plan urbanístico de Macri, no se han escuchado propuestas en lo referente al transporte. Tampoco a la educación. Menos se piensa en salud, porque no hay tiempo para eso en la emergencia. Llamativamente, hasta la mismísima inseguridad -diva de la campaña- quedó en segundo plano con la Gripe A. Infraestructura, poco y nada. Puntos suspensivos, de cosas que desde hace meses tienen ganas de caminar hacia algún lado...


Entre líneas se dicen muchas cosas, se piensa poco, se grita más. Del otro lado está la cámara o el grabador, y eso condiciona. Esperemos que puertas adentro, en las mesas de diálogo, íntimo o abierto, se tenga más paciencia y se haga el esfuerzo de ver las cosas desde otro lugar.

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