domingo, 22 de febrero de 2009

De ladrillos y burbujas


El diario El País de España comenzó a partir de hoy con la publicación de una serie de propuestas para salir del agujero económico en que ese país se ha metido. Y todo bajo el esperanzador nombre "Hay solución a la crisis".


Lo interesante de la nota de hoy (escrita por Manuel Arellano y Samuel Bentolila) es haber encontrado en ella una serie de coincidencias con otros pensamientos, ya recurrentes en estos días, sobre las causas, consecuencias y desafíos de la crisis. Más de lo mismo, tal vez, pero más de lo que hay que tomar nota:


1) Haber identificado el precio de equilibrio -macro- de las viviendas hubiese detenido a tiempo la crisis: "Una burbuja se caracteriza por la presencia de altos volúmenes de transacciones a precios muy distintos del valor económico fundamental. No es fácil de identificar, por la dificultad para calcular bien este último valor." ¿Qué se podría haber detenido? La dinámica que se lee en el Economist: "If house prices are expected to rise by 10% a year, a buyer willingly borrows the whole purchase price, because his home will soon be worth more than the loan. A lender is happy to make the loan for the same reason. But if prices fall by 10% instead, the house will soon be worth less than the loan. Both homeowner and lender face a greater risk of bankruptcy."

2) Nadie quiere detener una burbuja cuando esta se encuentra cada día más inflada: "Entre los economistas españoles, José García-Montalvo la cifraba (a la sobrevaloración de la vivienda) en 2003 en un 28,5%, indicando: "En resumen, es muy probable que el mercado inmobiliario español sea una bomba de relojería esperando a ser detonada". No obstante, tanto altos cargos políticos como empresarios negaron repetidamente y hasta fechas recientes que hubiera una burbuja." Quién o qué va a llevar a un político a frenar la economía si la gente es cada vez más rica: "Un aumento del valor de la vivienda favorece al votante mediano, que es propietario de su vivienda".

3) El marco legal y los incentivos cruzados no colaboraron para evitar la crisis: "El Gobierno del PP se equivocó con su ley de liberalización del suelo de 1998. Creía que con más suelo aumentarían las viviendas y bajarían los precios. Craso error. (...) Así, la ley del suelo echó leña al fuego de la burbuja, desencadenando una frenética actividad recalificadora gracias a la cual los gobernantes locales veían llenarse las arcas municipales (cuando no sus propios bolsillos)."

Hay algunas otras cositas de la nota que, por lo menos y por lo bajo, llaman la atención. Tal vez es cuestión de hablar con el resultado puesto, pero en el artículo se deja ver que la caída de las tasas de interés hipotecarios (consecuencia de la entrada de España a la UE) no colaboró con frenar burbuja. Además, se reiteran las críticas al acceso fácil a la vivienda, y los desincentivos a alquilar: "el entonces coordinador del programa económico del PSOE afirmaba: "Esa política de alquileres que proponemos (...) evita que la gente, ante un cambio de expectativas, se ponga a vender y se produzca un desplome de precios, lo cual sería catastrófico".


Raro, al menos visto desde el país con metros cuadrados en dólares.


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