Ni en días de crisis los estadounidenses piensan en pasar a manos públicas un sector tan clave como el de la salud. La propuesta de Obama (pese a ser discutida por las empresas del sector) va por dentro de la lógica de mercado: si queremos disminuir los costos de la salud, lo mejora va a ser generar una competencia a las empresas ya establecidas. La competencia, tiene nombre de Estado:
"Now nobody is proposing that Americans be forced to get their insurance from the government. The “public option,” if it materializes, will be just that — an option Americans can choose. And the reason for providing this option was clearly laid out in Mr. Obama’s letter: It will give Americans “a better range of choices, make the health care market more competitive, and keep the insurance companies honest.” (Krugman, hoy en el NYT)
Es por este tipo de iniciativas que desde un medio tan conservador como el Economist, se dice que "Mr Obama’s people seem sincere when they say they want to rid the government of its stakes in banks and carmakers as soon as possible", y al mismo tiempo se alerta sobre los riesgos de una mayor intervención estatal, advirtiendo cosas así sobre la economía: "By all means fix its flaws, Mr Obama; but do not take its dynamism for granted. "
Sin dudas, son equilibrios políticos distintos, muy distintos de los nuestros, arena local donde se discuten otras cuestiones, con otras formas.
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