lunes, 29 de junio de 2009
¿Qué te pasha Clarín?
Nerviosos, nerviosos, no creo que estén.
domingo, 28 de junio de 2009
Krugman y Salud
"Health care is not a bowl of cherries. Or a carton of milk, or a loaf of bread. Both George Will and Greg Mankiw basically argue that we don’t need a government role because we can trust the market to work — hey, we do it for groceries, right?
Um, economists have known for 45 years — ever since Kenneth Arrow’s seminal paper — that the standard competitive market model just doesn’t work for health care: adverse selection and moral hazard are so central to the enterprise that nobody, nobody expects free-market principles to be enough. To act all wide-eyed and innocent about these problems at this late date is either remarkably ignorant or simply disingenuous."
Tendencias elecciones 2009
1) Francisco: 34,7%
2) Néstor: 32,1%
3) Margarita: 21,1%
4) Martín: 5,9%
Capital Federal:
1) Gabriela: 31%
2) Pino: 24,2%
3) Alfonso: 19%
4) Carlos: 11,68%
Domingo de figuritas y resultados
Todo, en la previa del domingo. En una elección que, según Clarín, "Decide el futuro del kirchnerismo", por lo que, pienso, nada tendrá que ver con el país.
sábado, 27 de junio de 2009
En épocas de gripe...
Pero la cuestión no queda ahí. Los argumentos en contra de éste sistema paralelo donde participa el gobierno, también comenzaron a ver la luz. Es en el artículo principal del Economist de ésta semana donde se esgrimen estos argumentos, y se critica al rol estatal en la salud, dado que, plantean, podría perjudicar la innovación y distorsionar el mercado:
"Another option, favoured by many Democrats and the president, is for the government to step in with a results-based plan of its own, to compete against the private industry.That could harm innovation and distort the market further. Mr Obama should use it as a threat, rather than implement it now. If the private sector does not meet certain cost-cutting targets in, say, five years, a public-sector plan should automatically kick in. Such a prospect would encourage hospitals and doctors to accept a painful but necessary reform now."
¿Cuál es la solución que propone el Economist frente al problema en USA? Una especie de seguro compulsivo de cobertura, que todos puedan pagar, y del que nadie (ni los "malos asegurados", o sea, gente mayor o enferma) pueda quedar excluido:
"All you need do is “mandate” everyone to take out health insurance, much as drivers are legally required to have car insurance. Poorer Americans would get subsidies, and (as with car insurance) insurance-providers would be forced to offer affordable plans and not exclude the sick or the old."
Ahora bien, ¿para qué nos sirve esto en la latitud sur? Tomando el caso de Estados Unidos podemos deducir dos preguntas claves para definir la necesidad de un intervencionismo estatal: 1) ¿Es capaz el sector privado de proveer el bien o servicio respectivo en las cantidades socialmente necesarias?; 2) De no ser capaz, ¿cómo debería el Estado brindar ese bien o servicio? Ver estas preguntas aplicadas al ejemplo de la salud tal vez deje más claros los conceptos. Primero, es evidente que, al haber 50 millones de estadounidenses sin cobertura de salud, el sector privado no está brindando el servicio de la salud en las cantidades necesarias. Por ello, el Estado debería intervenir, y ahí es donde viene la segunda cuestión: ¿Debería dar directamente el servicio? ¿Debería ser el único proveedor? O, ¿es preferible que imponga un marco regulatorio mejor? ¿Se pueden imponer reglas claras sin una amenaza creíble?
En esas cuestiones está el debate, y es dentro de este marco que se puede pensar la organización económica. Siempre y cuando no estemos inmersos en un sistema de economía centralizada –cosa que no creo que exista en la Argentina-, donde el Estado amplifica sus roles, las “privatizaciones” o “estatizaciones” tienen que ser evaluadas desde una visión que contemple benficios y costos sociales, de forma holística (que comprenda múltipes aspectos).
Basta recordar un ejemplo: al privatizar los trenes en la Argentina, se hacía relucir el argumento de que eran deficitarios. Pero, ¿alguien incluía en ese cálculo los beneficios económicos derivados de la existencia de esos trenes (reducción de costos de transportes, actividad económica en pueblos distantes, puestos de trabajo derivados, etc., etc.)? Lamentablemente en la Argentina no se pensó así. Y basta ver declaraciones de los últimos días, para darse cuenta que las cosas, mucho, no cambiaron.
miércoles, 24 de junio de 2009
Elecciones 2009: encuesta definitiva
Hace unos días publicamos una encuesta de tendencias para las elecciones, haciendo uso del Google Trends*. Esta página permite ver cuántas búsquedas tuvo una palabra, y cuántas apariciones en contenidos informativos. En el caso de los candidatos, es un claro reflejo del interés que despiertan y de la repercusión mediática que tienen. Vamos, ahora sí, con la actualización de esa encuesta.
Líderes políticos en la Provincia de Buenos Aires
Por la importancia que tiene la Provincia de Buenos Aires, las elecciones en ese distrito pasaron a ser prácticamente una cuestión nacional. Dejemos algo en claro: cuatro de los cinco, o seis, presidenciables del país se juegan de forma más o menos directa su futuro en ese distrito. Estos son Kirchner, Scioli, Macri y Carrió. De Narváez es un caso aparte, dado que, por cuestiones legales, no podría ser presidente.
Confirmando la tapa de La Nación de hace unos días, donde, en base a un análisis de Poliarquía se sostenía que de Narváez aventajaba levemente a Kirchner, Google Trends muestra lo mismo. Las búsquedas del candidato de Unión-Pro pegaron un salto importante para mediados de mayo, y aunque ahora parecieran haberse estancado, siguen bastante por encima de las de Kirchner. Podemos suponer que, en verdad, esta serie muestra las consecuencias del artículo de The Nation: o sea, ante la sorpresa, la gente quizo saber quién era el que estaba ganando en la provincia. De todas formas, son así los resultados con los que trabajamos. Lo que pareciera indudable es que las elecciones estarán polarizadas entre estos dos, y serán voto a voto.
¿Respuestas para el 2011? La polarización no ayuda mucho para analizar los datos. Macri no es de Narváez, Scioli aparece menos porque está Kirchner, y ya dijimos, Carrió se postula en Capital. ¿Respuestas para el domingo? Con certezas, no las hay.
Líderes políticos en Capital Federal
El domingo, las elecciones, pondrán un punto final a este asunto de tanta especulación. Y basta de cuentas regresivas, slogans y declaraciones mediáticas. Que la vida continúa.
*Nota metodológica: los resultados provienen del programa experimental Google Trends, de búsquedas en la Argentina . Este permite obtener una comparación doble: volumen de búsquedas en internet y aparición en noticias publicadas en la web, como ya se mostró. Puede haber problemas obvios con los resultados de las búsquedas, dado que un mismo apellido puede pertenecer a varias personas, y por lo tanto al comparar la tendencia se estarían sumando búsquedas que no son (utilizar los nombres quita fuerza a los resultados).
Con fragancia a Pino
"¿Cree que deberían ser estatizadas Edesur y Edenor?
Sí, claro, garantizando el servicio y lo que tienen que ser las tarifas sociales. Hay que tener servicios sociales de calidad y eso lo tiene que garantizar el Estado.
Perdón, ¿ustedes devolverían a manos del Estado las eléctricas?
No la generación y el transporte, pero sí la distribución final. Metrogas también.
¿Y los ferrocarriles deberían ser estatales?
Deberían prestar un servicio público adecuado. Hoy son una vergüenza.
¿Y qué habría que hacer con YPF? ¿Estatizarla?
Sí, creo que sí. Sería muy diferente el país si pudiéramos controlar el precio de la energía. El principal problema que tiene la Argentina es la pobreza estructural. El 50 por ciento es pobre."
martes, 23 de junio de 2009
Volver al futuro
Los cuadros que lo comprueban (primero el publicado en junio, luego el de febrero):
domingo, 14 de junio de 2009
Domingo de Película
"Tampoco Daniel Scioli saldría indemne de un escenario semejante. Kirchner, como ya lo hizo tantas veces, podría pedirle al gobernador otra tarea inesperada: asumir su banca de diputado. ¿Para dejarle la provincia a Alberto Balestrini? No. Kirchner podría buscar la gobernación bonaerense para él. ¿En qué oportunidad? Es una de las cartas más escondidas del oficialismo: convocar a elecciones generales anticipadas. Ya tienen fecha: el 10 de marzo. Pondrían en juego la Presidencia. Pero Kirchner apostaría en esa jugada por Buenos Aires, como último refugio de poder. Algo que nunca entregó desde que comenzó su carrera política hace más de dos décadas."
Y es por esas palabras que la respuesta, inminente, apareció a la vista de los espectadores:
"Los ministros Randazzo y Fernández desestimaron una versión periodística que sostiene que, en caso de una derrota electoral en territorio bonaerense, una de las hipótesis que baraja el kirchnerismo es adelantar los comicios generales para marzo de 2010"
Pero el guión de este film no queda ahí. El tipo de cambio (o sea, cuántos dólares tiene en el bolsillo la familia de clase media que mes a mes cobra su sueldo en pesos -porque si el tipo de cambio como herramienta de campaña no significa eso, ¿qué significa?-) es otro de los ejes o locaciones de esta road-movie. Y en ese sentido, mientras que una ministra del gobierno , Debora Giorgi, sale a afirmar públicamente que "el tipo de cambio es más que adecuado" (lo mismo hizo Kirchner hace unos días), dos voces de candidatos opositores (y opuestos entre ellos) no dudaron en afirmar lo contrario: "Prat Gay y Ripoll creen que habrá devaluación". Paradojas del destino.
Y si de vaticinios se trata, los periodistas creen ver en la realidad todas las señales que, bien leídas, permiten ver el desenlace del film (como si nos encontráramos en Sexto Sentido). Es por eso que la importancia de cada mínimo acto, frase y movimiento, cobran, a esta altura de la campaña, una dimensión suprema. Se encuadran en este marco el "efecto Alfonsín", el "Gran Cuñado", la causa de la efedrina, las fotos de Cobos, las "candidaturas testimoniales", la campaña sucia, y la influencia de las encuestas sobre el voto de la gente (y no las encuestas como reflejo de la intención de voto de la gente). Todo de película
miércoles, 10 de junio de 2009
La alegría es sólo brasilera
Veamos un gráfico para entender un poco más la situación. En un eje, el crecimiento, en el otro el porcentaje de aceptación (o sea, la imagen positiva) de Lula entre el pueblo de Brasil. Los datos salen de las encuestas que realizan periodicamente Pesquisa CNT/Sensus, públicas para ver online. En las series se ven argumentos y contraargumentos a la hipótesis que comentamos al principio: con menor o mayor cercanía, la series de PBI e imagen positiva, evolucionan de forma sumamente similar entre agosto de 2004 y septiembre de 2008. Eso quiere decir: cuando la economía estaba bien, la gente miraba con mejores ojos a Lula; si la actividad se frenaba, el disgusto crecía. Pero ahí es cuando entra el cuarto trimestre del año pasado a romper con este esquema: el PBI se derrumba -crisis de por medio- y la imagen sigue subiendo.
1) la evolución positiva de la imagen de Lula no estaba relacionada con el crecimiento del país, sino con el tipo de gestión que estaba realizando. Cuando el presidente dice "fuimos los últimos en entrar en la crisis, y vamos a ser los primeros en salir", la gente le cree.
3) comprender que la baja económica nació fuera de Brasil, podría llevar a exhonerar a los políticos locales, y apreciar luego el trabajo que estos hacen para subsanar problemas que no crearon.
lunes, 8 de junio de 2009
Promesas
viernes, 5 de junio de 2009
Momento de campañas
"...para que haya oportunidades para todos y no haya drogras para nadie, como cuando éramos chicos, y el único Paco era don Franciso... "
Pensé que apelar a las añoranzas de un pasado mejor no estaba en la cabeza de los modernos publicistas. A mi gusto, simple por donde se lo mire, y más que emotivo, bizarro.
Medicar
jueves, 4 de junio de 2009
A contar vaquitas...
miércoles, 3 de junio de 2009
El Gran Macronomics DT
"Let's play Fantasy Economics. It's a simple game based on Fantasy Football, where fans select a dream squad from the Premier League and win points if their players score, create or save goals. (...) Putting a team together of economists no longer with us is a breeze. A team of dead economists drawn from all strands of the discipline might include Adam Smith, David Ricardo, Thomas Malthus, Karl Marx, Alfred Marshall, John Maynard Keynes, Friedrich Hayek, Richard Kahn, Joseph Schumpeter, Hyman Minsky and Herman Daly. (...) Picking a modern 11 of comparable quality is a lot tougher. "
El artículo sugiere dos jugadores de un probable equipo moderno, pero no más que eso: Stiglitz y Krugman (yo también agregaría a Rodrik y a otros tantos). Pero, ¿por qué este abandono de la macro y los grandes nombres en sus filas?
"Until the crisis broke in 2007, it was assumed that the big picture was largely sorted and economists needed to concentrate on micro-economics, where much good work has been done, incidentally. (...) As a profession, economics not only has nothing to say about what caused the world to come to the brink of financial collapse last autumn, but also a supreme lack of interest in it. (...) There is no Keynes, Schumpeter or Hayek out there with answers to our predicament."
Micro, modelización y consecuente falta de interés por las grandes variables. Como dicen en un post de Freakonomics en el que se comenta a The Guardian, la dificultad para armar el equipo está en la forma en que la "ciencia" económica se desarrolla y progresa actualmente:
"The single easiest way to make a mark in a modern macro paper is to solve a problem that is really, really hard mathematically. Even if it is not that relevant to anything, it is seen as a sign that the author has “impressive skills,” which is enough to get a job — and even tenure sometimes — at top universities."
Se escuchan listas de convocados...
martes, 2 de junio de 2009
De Manual
Como salido de un manual de economía liberal, el Economist da, en su último artículo de tapa, practicamente una definición de lo que debería ser el Estado:
"Moreover, even the most stalwart defenders of the free market, including this newspaper, admit it has shortcomings that only the government can address. The financial system requires close oversight, or crises will destabilise it. (...) Only government can enforce competition rules, insist that business and consumers limit carbon-dioxide emissions, or intervene to make health care available to those too sick or poor to afford it. And the current crisis calls for aggressive and temporary fiscal and monetary intervention that is not justified in ordinary times.
Al descuento, al consumo
Dejar de consumir es un acto complicado. Más aún si, en el tiempo pasado, el consumo se hacía cada vez más fácil de concretar: comprar casas con hipotecas, televisores con tarjetas de crédito, etc. De ahí que la solución sea el rebusque, tanto por parte de los consumidores como de los vendedores. Ya habíamos visto en este post cómo los americans estaban cambiando sus hábitos de consumo, pero este dato es más concluyente: desde que estalló la crisis la gente en Estados Unidos se interesó más en buscar cupones de descuento (los llamados coupons) que en entender de qué venía la debacle económica.
Para terminar con el tema, tal vez sea interesante escuchar algunas de las cosas que dijo Obama el viernes al lanzar el nuevo marco regulatorio para las tarjetas de crédito (un esquema que le hace la vida más fácil a muchas de las personas que, en años anteriores, gastaron más de lo que ahora pueden pagar):
"Obama made clear that he didn’t champion the changes with the intention of helping those who buy more than they can afford through “reckless spending or wishful thinking.”
“Some get in over their heads by not using their heads,” the president said. “I want to be clear: We do not excuse or condone folks who’ve acted irresponsibly.” "
El futuro del consumo se está regulando hoy en Estados Unidos: es una de las tantas cosas que pretende encaminar Obama, para la nueva nación americana que quiere fundar. Si es una cultura de frugalidad y ahorro la que se busca, la desesperada atracción por los descuentos, no muestra un buen porvenir.