lunes, 16 de marzo de 2009

A+++

Si la regulación comienza a depender de las empresas calificadoras, si las inversiones dependen de ellas y las empresas subsisten gracias a su ayuda, si el mundo entero está a su merced... entonces, pasa lo que pasa:

"Over time, ratings became valuable not because of their accuracy but because they “unlock” markets; that is, they are a sort of regulatory license that allows money to flow. Moreover, institutional investors came to rely on ratings for contracts that don’t even need regulatory approval. Trillions of dollars of derivatives payments depend on ratings. This has left us in a ratings trap. As more regulators and institutions rely on ratings, the agencies have become increasingly reluctant to downgrade."

Entonces, si es todo una cuestión de juego de intereses, que, en definitiva, atentan contra el buen funcionamiento de las calificadoras, dicen Fons y Partnoy (ex Moody´s) basta de calificadoras:

The only way out of the trap is to reduce reliance on ratings. (...) regulators and investors should return to the tool they used to assess credit risk before they began delegating responsibility to the credit rating agencies. That tool is called judgment."

Volvamos al cara a cara.

1 comentario:

Oso Polar dijo...

Si todas las empresas fueran perfectamente solventes (como idealmente suponemos que deberían ser) a ninguna debería importarle demasiado la calificación de ninguna a la hora de hacer negocios. ¿Cuál es el verdadero problema entonces? Que la mayoría no lo son, y las que no lo son tratan de generar una bicicleta financiera para escapar al fantasma de la caída. Una vez más, lo que en apariencia es un problema financiero es en el fondo un problema real: la incapacidad de las firmas de hacer enfrente al desplome de sus activos y la multiplicación de sus pérdidas.

Así lo veo yo.

Saludos a todos